Formación Comunitaria

La importancia de formar guías comunitarios en Yucatán

Por Misael León – Mondante Turismo Comunitario

18 Agosto 2025 8 min de lectura

Soy Misael León, formador de guías comunitarios en Mondante Turismo Comunitario. Mi labor es generar confianza con las comunidades, rescatar tradiciones vivas y crear experiencias auténticas que conecten viajeros con las raíces de Yucatán.

Formar guías comunitarios no es simplemente "llegar a un pueblo y empezar a hacer turismo". Es un proceso largo, humano y profundo, que empieza con lo más difícil de todo: ganarse la confianza de la comunidad.

Cuando entramos por primera vez a un poblado, no somos más que extraños. La gente nos observa con desconfianza, y con toda razón: nadie quiere que vengan de fuera a imponer algo. Por eso, lo primero es acercarnos con respeto, presentarnos, escuchar y conocer a las personas que guardan las tradiciones vivas: artesanos, cocineras, milperos, bordadoras, meliponicultores, médicos tradicionales. Ese es nuestro "scouting", la búsqueda de esos diamantes que sostienen la memoria cultural del pueblo.

Construir lazos antes que experiencias

Un formador de guías comunitarios no trabaja con prisas. A veces el proceso puede tardar hasta dos meses, porque no se trata de armar un show, sino de crear un lazo real con la gente. Conversamos con ellos, conocemos sus historias, aprendemos de sus leyendas y nos ganamos su confianza. Después de varias visitas, poco a poco vamos reuniendo un equipo de 5 a 8 personas que serán los anfitriones de la experiencia.

Cada integrante aporta su valor: quien urde la hamaca, quien prepara las tortillas a mano, quien explica el origen del henequén, quien abre las puertas de su milpa o su meliponario. Lo importante es que ellos sigan siendo ellos mismos: con su ropa de trabajo, con sus guayaberas bordadas o con su guarachito. No buscamos disfrazar la tradición con folclor, sino mostrar la autenticidad de la vida cotidiana.

Capacitación y cuidado del visitante

Una vez que el equipo está reunido, llega la parte de la capacitación: cómo recibir al turista, cómo explicar la actividad, cómo cuidar detalles tan simples como no ofrecer chile a quien no lo tolera. También medimos tiempos de traslado, rutas y distancias —a pie, en mototaxi o en camioneta— para armar itinerarios fluidos y realistas.

Formamos también a un guía líder, que coordina al grupo y acompaña a los visitantes en todo el recorrido. De esta forma, la comunidad se organiza y aprende a manejar grupos pequeños o medianos (de 2 a 20 personas), sin perder el toque cercano y humano que hace único al turismo comunitario.

Economía justa y sin intermediarios

En Mondante Turismo Comunitario tenemos una regla muy clara: no cobramos comisiones por la venta de productos. Lo que un turista paga por una hamaca, un bordado o un pan tradicional, va directo al artesano. Lo mismo con las experiencias: se les paga anticipadamente y con un costo justo, que puede ir de $300 a $1,000 pesos por persona según la actividad. Así garantizamos que el tiempo y conocimiento de cada persona sea valorado.

Además, fomentamos que la experiencia termine en una comida comunitaria, donde todos los participantes —incluidos los anfitriones— compartan la mesa. Ese momento es, muchas veces, el corazón de la experiencia.

Lo más complejo: la difusión

El turismo comunitario no es nuevo en Yucatán, pero sí lo es la manera en que lo hacemos en Mondante. Difundir estas experiencias auténticas es el mayor reto, porque todavía hay poca visibilidad para este tipo de turismo. Por eso trabajamos con plataformas como yucatancomunitario.com, y buscamos alianzas con agencias de viajes locales, nacionales e internacionales que puedan llevar a más gente a vivir algo distinto a solo Chichén Itzá o un cenote.

La diferencia está en que aquí no hay espectáculos montados: hay personas reales, con historias vivas. Y ese es el verdadero lujo que ofrecemos.

Una alternativa para el futuro

Formar guías comunitarios no solo preserva la tradición, también genera empleo local y fortalece la identidad cultural. Queremos que nuevas generaciones, estudiantes de turismo o jóvenes emprendedores vean esta rama como una alternativa para crear sus propias agencias y proyectos comunitarios.

Como formador de guías, yo, Misael León, me siento orgulloso de ser puente entre el turista consciente y la comunidad. Porque detrás de cada experiencia hay un proceso largo de confianza, respeto y acompañamiento. Y porque estoy convencido de que el turismo comunitario es una manera de construir futuro sin perder raíces.

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